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Tras los estragos causados por la pandemia mundial y la llegada de la llamada “nueva normalidad”, son muchos los cambios que hemos tenido que hacer tanto en nuestra vida personal como en nuestra vida profesional, para poder adaptarnos a las nuevas circunstancias que nos rodean. La forma de organización y gestión de las compañías también se ha visto afectada por esta nueva dinámica. En este punto es cuando surge la necesidad de potenciar dos habilidades de vital importancia para la supervivencia de las empresas: la agilidad y el liderazgo.
Tradicionalmente, el liderazgo ha implicado una serie de cualidades como el esfuerzo, la comunicación o la visión de futuro, entre otras muchas, para dirigir el negocio, establecer estrategias o enfrentarse a nuevos retos. Pero además de las habilidades propias de un líder, en el nuevo contexto en el que nos encontramos también es necesario desarrollar y reforzar las denominadas “soft skills” que nos ayuden a comprender mejor a nuestro equipo. De esta manera, podremos generar mayor confianza, motivación y desempeño de cada trabajador, sacando el máximo provecho de los recursos en un entorno dinámico y que favorezca el aprendizaje. Pero, ¿Cuáles son las habilidades de liderazgo que se deben desarrollar? ¿Es posible gestionar un equipo a través del aprendizaje?
Las habilidades de liderazgo más requeridas
Desde Cornerstone hemos elaborado una lista con las habilidades de liderazgo que deben desarrollarse dentro del entorno de una organización. Se pueden englobar en los siguientes cinco bloques:
Escucha activa | La escucha activa siempre ha sido una habilidad intrínseca en un buen liderazgo, pero desde la llegada de la nueva normalidad, promover la participación del equipo se ha convertido en algo fundamental. Escuchar las necesidades de los trabajadores, así como invitarles a participar en la toma de decisiones valorando sus opiniones y puntos de vista, genera un sentimiento de equipo que incrementa su implicación y confianza. Además, ofrecer un mapa conceptual de la situación de la empresa, valioso para conocer los puntos fuertes y débiles de cada empleado, les hace sentir que se les ha tenido en cuenta.
Confianza | El liderazgo en la época post-covid incluye también la capacidad de generar y demostrar confianza en el equipo, sobre todo ahora que el teletrabajo está a la orden del día y no existe el contacto directo que nos permita mantener una comunicación constante. Conseguir la plena confianza en el equipo es un camino lento que requiere paciencia y tiempo. Sin embargo, una vez alcanzado tu objetivo, habrás generado un sentimiento de comunidad y compromiso esencial para el desempeño del trabajo, y fundamental para la gestión en momentos de crisis.
Inteligencia emocional | Uno de los mayores handicaps a los que nos enfrentamos con el liderazgo en la nueva normalidad es la capacidad de gestionar adecuadamente un equipo de trabajo en remoto. Trabajar la inteligencia emocional te permitirá ser un líder más empático, capaz de entender las circunstancias personales de cada uno de los miembros del personal y, además, afrontar cambios, situaciones inesperadas o retos de una forma más eficaz. El objetivo final es encontrar soluciones que beneficien a todas las personas que integran la organización.
Comunicación | La manera de comunicarnos es quizás uno de los aspectos que más ha cambiado durante la pandemia, y es que ahora la mayoría de los medios de contacto que utilizamos son la mensajería instantánea, los correos electrónicos y las videollamadas. Promover la comunicación con tu equipo de trabajo y con todas las personas que estén relacionadas con él, tendrá siempre un efecto positivo. Para ello, es esencial que mantengas reuniones periódicas para hablar con ellos, así como revisar que lo que se escribe en correos o mensajes de texto es lo que se quiere realmente transmitir. Asimismo, resulta extremadamente valioso fomentar nuevas metodologías efectivas para el capital humano, como la metodología Agile.
Motivación | Mantener la motivación es otra forma efectiva de lograr que los empleados sean más productivos, al lograr que estén más satisfechos. Se puede lograr mediante el reconocimiento del trabajo, las técnicas de apoyo, la escucha activa de la que ya hemos hablado anteriormente y los programas de promoción.
Cómo desarrollar las habilidades de liderazgo
1. Impulsa el talento interno | Apostar por el talento interno es una de las estrategias más útiles de cara a conseguir líderes más exitosos, que entiendan la dinámica de la empresa y que acompañen a su equipo en todo momento. El desarrollo de habilidades como la comunicación, la capacidad de motivar o la empatía mejorarán la capacidad de liderazgo. Algo que a la larga permitirá encontrar dentro de la empresa lo que habitualmente se busca fuera de ella.
2. Apuesta por la diversidad | La diversidad ayuda a enriquecer la cultura empresarial, fomentar las relaciones entre los altos mandos y los empleados y a generar un entorno de confianza y seguridad. Para desarrollar las habilidades de liderazgo a todos los niveles y de cualquier miembro de la organización, es útil fomentar la participación de los altos puestos en programas de formación. Así, saldrán de su “burbuja” y proporcionarán sus conocimientos y habilidades a otros compañeros, con lo que toda la empresa podrá acceder al aprendizaje de habilidades de liderazgo y crecer dentro de la compañía.
3. Estimula la formación continua | Todos los miembros de una organización deben implicarse en el aprendizaje de las habilidades de liderazgo, acudir a cursos de manera continua -y no solo de forma puntual-, y adquirir habilidades de tipo “soft skills”. Según el informe anual 2020 realizado por LinkedIn, la red social orientada al uso empresarial y búsqueda de empleo, los directivos dedican un 20% más de tiempo en la preparación e instrucción de habilidades de liderazgo que el resto de empleados. Por ello, es fundamental estimular la formación a todos los niveles. La formación continua, junto con la práctica de las competencias, resulta vital para afrontar los desafíos presentes y futuros. 4. Aprovecha los recursos | Las compañías disponen de recursos humanos y tecnológicos de los que se pueden valer para diseñar formas de enseñanza o trabajo, transmitir conocimientos, acrecentar la participación de todos los miembros o sacar el máximo partido a distintas formas de aprendizaje de manera remota o digital.
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